La función principal de los fertilizantes es proporcionar nutrientes a los cultivos, como nitrógeno, fósforo y potasio, entre otros, nutrientes que las plantas necesitan para su completo desarrollo. Pero ¿Sabes la diferencia entre fertilizantes orgánicos e inorgánicos? Su aplicación correcta puede reducir el impacto ambiental, hacer que ahorremos y prevenir a nuestros cultivos de la falta de nutrientes.
Los tratamientos actuales de fertilización son bastante recientes, se podría decir que, desde la mitad del siglo XX, aunque las prácticas tradicionales, como por ejemplo el uso de estiércol como fertilizante son mucho más antiguas.
Fertilizantes inorgánicos y fertilizantes orgánicos
Los fertilizantes orgánicos son de origen vegetal o animal, son completamente naturales, obtenidos a través de procesos como la degradación de hojas o estiércol de animales. Son una buena solución en el momento de mayor necesidad, el fertilizante se libera según se descompone y ofrece nutrientes en buena proporción. Los fertilizantes orgánicos son también un tratamiento para el suelo, ya que ayudan a recuperar la capacidad de retener el agua y los nutrientes.
Tienen poco riesgo, además, de sobredosis tóxica por productos químicos. Una de las principales características de los fertilizantes orgánicos es que funcionan muy bien en suelos húmedos y cálidos, la liberación de los nutrientes depende en parte de las condiciones del suelo. Además, el tiempo en el que el abono orgánico es efectivo puede ser también una limitación, en condiciones adecuadas es excelente, aunque puede llevar más tiempo del esperado si el proceso de liberación de los nutrientes no se da de forma ágil.
Los fertilizantes inorgánicos son fabricados artificialmente, llevan los nutrientes exactos, diseñados para cubrir las necesidades específicas de los cultivos. Se componen de minerales sintéticos, como ejemplo podrían ser los fertilizantes nitrogenados provenientes de hidrocarburos o gas natural. Los fertilizantes químicos son ricos en nitrógeno, fósforo y potasio.
Al concentrar su acción solamente en las plantas, el uso de los fertilizantes inorgánicos no contribuye con a la mejora del suelo. Además, hay que tener en cuenta que a veces estos fertilizantes usan fórmulas de difícil absorción para las plantas. Aunque es una solución eficaz, rápida, y efectiva en todo tipo de suelos y climas.
Conclusión
Se podría decir que los fertilizantes inorgánicos son más solubles, los nutrientes están disponibles más rápidamente para las plantas, lo cual también podría suponer una desventaja, ya que se lavan con más facilidad, de tal forma que nuestro cultivo quizás no los aproveche del todo bien y pueden contaminar aguas subterráneas o ríos cercanos.
Una buena solución para todo esto podrían ser los fertilizantes biológicos, un abono para el futuro a base de materias naturales que se encuentran en el propio suelo, bacterias, hongos, insectos, algas y más organismos. Además de contribuir a desbloquear nutrientes, fija el nitrógeno y hace más solubles otros nutrientes como el fósforo. Incrementa el rendimiento y revitaliza suelos. Además, dentro del contexto actual, se hace más que necesario un nuevo modelo de agricultura.
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